jueves, 28 de enero de 2010

Verde

Mientras esperaba a que se encendiera el semáforo miré a mi alrededor. Los peatones cruzaban sin detenerse ni un solo segundo, como hormigas que se afanan sin tregua antes de la llegada del invierno.
Busqué un cabo al que aferrarme en aquel mar de vidas que se movían con brutal indiferencia y ansiedad hasta encontrar unos ojos verdes que parecían tan perdidos como los míos.
Mantuve la mirada, y solo una chispa iluminó las esmeraldas del otro, mostrandome su reconocimiento.
El semáforo cambió de color y las estridentes bocinas clamaron impacientes.
Volví la cara para seguir mi camino, no sin antes ver una sonrisa dibujada en la cara del desconocido que con el que compartí una mirada que se grabó en mi corazón a fuego.
¿Por qué sonrió?
No lo sé.
Tal vez, porque mi rostro estaba sonrojado.

lis

1 comentario:

  1. ;) Si es que ya no me paso ni yo xDD


    Una buena técnica para hacer relato corto. Me encanta como adecúas tus textos a la situaciones que te dan, tienes una flexibilidad genial.


    Muchas gracias por subirlo :)

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